La escritora y columnista caleña Melba Escobar compartió de cerca con sus lectores una charla sobre su más reciente novela, La mujer que hablaba sola, de la mano de Ana María Aponte, en el club de lectura del Hay Festival Cartagena 2020. Escobar y Aponte mantuvieron una conversación sobre lo que implica para un escritor una experiencia cara a cara con los lectores y el proceso creativo de la escritura de ficción.
Melba Escobar cita a un autor chileno que equipara la creación de un libro como la preparación para una fiesta. Al principio se busca que todo esté arreglado, perfecto, que la alacena esté abastecida y todo bien iluminado y perfumado. Llegar al final del libro es como llegar a la casa a las 3 de la mañana. Luego de la aventura festiva, ciertamente llena de los altibajos que implica la escritura, cuando el libro está listo, comienza a recrearse, a multiplicarse en el ejercicio de la lectura: “cada interpretación es un libro distinto”, afirma Escobar. Esta multiplicidad de interpretaciones es uno de los principales ejes de interés de esta discusión, una experiencia de retroalimentación para la narradora.
“La vida de un escritor es como la vida de un oso”, afirma la novelista. “Tiene unos periodos de salir de cacería, otros periodos de hibernación”. El periodo de hibernación, es, irónicamente, el momento de la fiesta. La cacería es lo que viene después, cuando la historia comienza a interactuar con los lectores y eventualmente, también lo puede hacer el narrador. El este periodo el narrador se nutre y revitaliza, este es el regalo de los lectores, que ayudan a hallarle sentido al proceso complejo que precede esta fase.
La mujer que hablaba sola abarca temas tan cotidianos como punzantes como el machismo, la violencia, el feminismo y la maternidad. Escobar ahonda en su postura sobre el género que plasmó en su novela, así como su relación con la transformación física y psicológica que implica ser madre:
“Yo creo que desde la literatura, desde el arte, desde el cine, hay mucho que proponer para mirar el tema desde los dos ángulos y de alguna manera darse cuenta que no es una lógica binaria de víctima-victimario, culpable-inocente... sino que realmente a todos nos conviene más pensar que somos personas libres, autónomas, independientes que podemos actuar libremente sin pensar que el género es una camisa de fuerza que nos obliga a actuar de X o Y manera”.
Este encuentro explora lo que pasa por la mente de Melba Escobar a lo largo de todas las fases de la vida del libro y su creador. “Uno intenta seguir su camino más allá del ruido exterior (...) uno quiere buscar su camino y ser lo más honesto con uno mismo y con la voz propia”, concluye.
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