- “El humor es esencial para sobrevivir”. La poeta recibe este sábado el gran premio de la FIL de Guadalajara. La escritora, distinguida la semana pasada con el Cervantes, prepara la comida en su casa de Montevideo y habla de su vida y su trayectoria. Artículo para El País.
Ida Vitale, poeta uruguaya miembro de la generación del 45 y representante de la poesía esencialista, es una de las voces poéticas más importantes del mundo hispanoamericano. Dice el crítico José Ramón Ripoll en un artículo titulado "A través de los otros, 10. Ida Vitale o la reducción del infinito", que la obra de Vitale rezuma tres elementos esenciales: vida, ética y verbo.
Lo que tiene de vida la poesía de Vitale, dice Ripoll, no se refiere a un sentido biográfico sino esencial, el canto de la vida misma, en su presente, que se vuelve imagen vívida y eterna. Lo que tiene de ética es aquello que la mueve a mirar al otro y darle su espacio, su ser, su dignidad. Finalmente, el verbo le brinda la clave, el puente, para aproximarse al acontecimiento poético.
OBLIGACIONES DIARIAS
Acuérdate del pan,
no olvides aquella cera oscura
que hay que tender en las maderas,
ni la canela guarneciente,
ni otras especias necesarias.
Corre, corrige, vela,
verifica cada rito doméstico.
Atenida a la sal, a la miel,
a la harina, al vino inútil,
pisa sin más la inclinación ociosa,
la ardiente grita de tu cuerpo.
Pasa, por esta misma aguja enhebradora,
tarde tras tarde,
entre una tela y otra,
el agridulce sueño,
las porciones de cielo destrozado.
Y que siempre entre manos un ovillo
interminablemente se devane
como en las vueltas de otro laberinto.
Pero no pienses,
no procures,
teje.
De poco vale hacer memoria,
buscar favor entre los mitos.
Ariadna eres sin rescate
y sin constelación que te corone.
CONCLUSIÓN Y RELÁMPAGO
Virrey caracoleante, Mayo duro
dice conclusión y relámpago
y cierra las puertas últimas
del verano.
En tardes lejanísimas
del anterior otoño
tendrá el cielo textual, usual,
sin dianas,
puesta dorada y triste
la sábana del tiempo.
Destraillado, el perro de la vida
busca circularmente
y harta desolación hay
en su olfato.
RENACENTISTA
Aún sigue siendo así: icáricos,
caedizos y respectivo mar uno del otro.
Desde las barcas y las plantaciones
trasmiten partes de rescoldo último,
doblan señales de pasión y muerte
los exentos, y fervorosamente
huyen del aire altivo de la quema.
Los que allá siguen gravitando aducen
sus propias leyes, su sagrado fuego,
tocan intactos su certeza y ríen.