Desde el abismo de la infancia

Como la vida misma. Un evento de la infancia de Pilar Quintana es el detonante de Los abismos (Alfaguara, 2021), cuatro décadas después. Una novela de la que uno podría decir muchas cosas según Melba Escobar, moderadora de la conversación del Libro del Mes de abril del Hay Festival, en colaboración con SURA, Bancolombia y Protección: “Una novela sobre la depresión, sobre las apariencias, la maternidad, el deseo… Y todo se quedaría corto”. ¿El germen inicial del libro? La niñez de Quintana, viviendo en la Carretera del Mar, en las montañas de Cali. Un camino sinuoso, con una neblina perenne y abismos a un lado. Una carretera impresionante, con cruces por cada fallecido que ha dejado, y el lugar en el que una mujer desapareció y de la que nunca se supo más. Una historia que impresionó a la escritora, y que muchos años después se le volvió a aparecer, cuando comenzó a escribir sobre una mujer que iba manejando por esa carretera.

Pero más allá de este inicio, Los abismos es un libro que mueve muchas fibras, como indica Escobar, caleña, al igual que la autora de la novela. Y si bien el lector deberá adquirir el libro para adentrarse más en los entresijos de la historia, si se puede adelantar que encontrará dos voces, la de Claudia, la niña y Claudia la madre — una narradora invisible que no participa de los hechos—, y que según se adentre en sus páginas descubrirá la relación entre esas dos mujeres, una historia cargada de ese tipo de terror que va más por dentro que por fuera.

Adquiere aquí Los abismos de Pilar Quintana

En ese juego de voces cae el velo de esos momentos traumáticos de la niñez que un adulto intenta ocultar. Quintana no tapa esos elementos que dan pavor, si no que alimenta la voz de la niña con ellos “Acá no revelo cosas de mi propia infancia, ningún evento, pero sí que los miedos de Claudia niña son mis propios miedos: el miedo a perder a mi mamá, a la orfandad, a que mi padre se cayera por la carretera…”.

Adentrarse en la voz de Claudia madre conllevaba un problema para Quintana. Y es que no debía simplemente construir un personaje, el de Claudia, si no que debía escribir sobre una generación completa de mujeres, en el que está incluida su propia madre. “Tenía miedo de construir ese personaje, porque aunque no era meterme en mi mamá, sí lo era. Claudia no es mi mamá, pero sí es la vida de la generación de mi mamá, y lo que les ha pasado”. Una generación que no pudo decidir lo que querían ser más allá de que debían ser madres. Este ejercicio le sirvió para reconciliarse con dichas mujeres, para entenderlas mejor.

El hecho de que Melba Escobar, más allá de ser la moderadora de la conversación, sea también amiga personal de Pilar Quintana, y una de las personas que lee las versiones anteriores a la publicación de sus novelas, llevó la conversación hacia el terreno creativo de la autora de Los abismos y de las complicaciones que ha experimentado con este trabajo: “El proceso de escritura fue raro. Yo generalmente tengo una escaleta, la sigo al pie de la letra y ya. Esta vez, en cambio, tenía una escaleta, y la novela se fue por otro lado. Yo soy rígida, sigo un método, pero esta novela se fue para donde ella quiso (…) Siento que esta novela es la que más he padecido”.

Uno de los aspectos destacables de Los abismos es la forma en la que está recreada Cali, la facilidad de Quintana de describir su atmósfera, su paisaje, y cómo eso se va filtrando en los personajes de la novela. Una habilidad que ya asomaba en La perra. “El paisaje y la atmósfera tienen que estar al servicio de la historia que estás contando, para añadir algo y mostrarnos algo que no sabíamos. Es fundamental”.

Quintana, que actualmente reside en Bogotá, vivió por nueve años en la selva, rodeada por la naturaleza y aprendió que todos somos parte de la naturaleza. Por eso insiste en que a pesar de que creemos que en la ciudad no hacemos parte de ella, realmente la ciudad es también naturaleza. Momento que aprovechó para hablar de otro de los temas transversales de la novela, aunque esta vez desde su propia experiencia: “Lo más animal que yo he sido es en Bogotá, porque es cuando fui mamá. Desear un hijo, tenerlo en la barriga, parirlo, darle teta y quererlo. Es la experiencia más intensa de mi vida”. La maternidad no ha sido incompatible con la escritura, todo lo contrario, ha sido como si abriera un caudal creativo. “En la maternidad hay muchas cosas que es tabú que las mamás digamos. Ahí me encontré con mucho material literario”

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Quintana ha ganado el Premio Alfaguara de Novela 2021 por Los abismos. Un galardón que llega después de los éxitos cosechados con La Perra, novela traducida a 15 idiomas y merecedora del IV Premio de Biblioteca Narrativa Colombiana, además de ser finalista de los National Book Award 2020, entre otras distinciones. Asimismo, la caleña fue seleccionada en la lista Bogotá39 del 2007, como uno de mejores los escritores menores de 40 años de América Latina. El tiempo ha dado la razón al jurado.

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Pueden volver a ver la conversación entre Pilar Quintana y Melba Escobar aquí.