La educación en Colombia, un vaso tan lleno como vacío

La educación en Colombia (Debate, 2021) es un libro optimista según su autor, Moisés Wasserman, aunque muchos lectores le han indicado que “salen deprimidos” de su lectura. Esto se debe a que a pesar de que ha habido avances significativos en la materia, aún hay mucho por hacer y mejorar. Precisamente, Alejandro Gaviria, rector de la Universidad de los Andes y moderador de la conversación, alabó la capacidad de Wasserman para “apreciar el proceso social incompleto”, al inicio de la conversación entre ambos en la segunda entrega del Libro del Mes, iniciativa del Hay Festival, que cuenta con la colaboración de SURA, Bancolombia y Protección.

Adquiere aquí La educación en Colombia de Moisés Wasserman.

Wasserman comenzó la conversación con una frase categórica: “Perdimos para la educación un siglo y medio de nuestra vida republicana. Iniciamos tarde un proceso de verdadera institucionalización”. Remarcó que la educación en el país no está explícitamente catalogada como derecho, ya que si bien la educación básica es obligatoria y gratuita, la educación superior está definida como servicio. Esa ambigüedad crea incertidumbres en varios campos, incluido el jurídico.

Por ello, Wasserman, exrector de la Universidad Nacional, aseguró que con los años la jurisprudencia de las cortes ha tenido el objetivo de afianzar la educación como derecho, momentos antes de conversar sobre la necesidad de reformar la Ley 30, la cual se debatió cuando Gaviria estaba en el Gobierno. El exministro recordó el momento como “una invitación a debatir seriamente una ley estatuaria de educación”. Una reforma que no contó con el suficiente apoyo y que quedó paralizada.

El autor de La educación en Colombia fue desgranando varios de los temas clave del libro, en una suerte de claroscuros continuos, en el que si bien indicaba las razones por las que los ciudadanos pueden observar el vaso de la educación como medio lleno, no se ocultó a la hora de resaltar la otra mitad, la de los aspectos a mejorar, que no son pocos.

En el lado del optimismo, el del vaso medio lleno, destacan los avances en la educación en edad temprana. La Ley General de Educación de 1994 no mencionaba a los niños de 0 a 5 años como sujetos de educación, y no fue hasta 2006 que Colombia involucró a dichos infantes en el sistema educativo. Hoy en día cuenta con una cobertura de un 28%. También el índice de la educación básica, “cercano a una cobertura completa y gratuita”. Ambos son indicativos de un avance, puesto que cuando Wasserman comenzó en la Universidad Nacional tan solo el 4% de los jóvenes colombianos accedían a estudios universitarios, comparado con el 53% actual.

Pero si bien hay un conjunto de razones para pensar que se ha avanzado, no cabe duda de que paralelamente hay razones para ver el vaso medio vacío. Una cobertura de un 28% en la educación de edad temprana significa que 7 de cada 10 colombianos de hasta 5 años parten con desventaja. Algo “moralmente insoportable” para Wasserman. Esto se acentúa en la educación media, la de jóvenes de 15 a 17 años, en donde muchos de ellos suspenden su posibilidad de formación. Un abandono especialmente alarmante en la zona rural, mucho mayor.

Algo estrechamente ligado a otro de los puntos que trataron ambos ponentes, el de la equidad. O más bien, el de la falta de equidad. “La calidad está íntimamente relacionada con la equidad. Una persona que recibe una educación con una calidad inferior tiene menos oportunidades. La equidad es uno de los objetivos fundamentales de la educación”. Y es que los diversos indicadores educacionales coinciden en que hay una diferencia muy grande entre la educación urbana y la rural. Esa falta de igualdad de oportunidades es “el problema más serio” que Colombia debe resolver en el futuro de la educación según Wasserman.

Después de analizar el presente y el pasado, también hubo espacio para pensar en el futuro. Y ahí Wasserman incidió en una premisa: educar en lo fundamental, para que los jóvenes del futuro sean capaces de enfrentarse a los problemas que se encuentren. “Antes éramos expertos porque nos las sabíamos todas; hoy en día experto es quien es capaz de enfrentarse a un problema del que no sabe nada. En esa dirección debemos educar”.

Puedes volver a ver la conversación entre Moisés Wasserman y Alejandro Gaviria aquí.