“La otra hambruna fue de la mente”

Madeleine Thien escribió una novela extensa, repleta de ideas, que recorre China geográficamente y vitalmente, que abre llagas en su historia reciente y muestra cómo el sentimiento está en conflicto permanente con la ideología.

La conversación con Philippe Sands se centró en ese libro magistral, Do not say we have nothing, donde un arenal de historias convive en tiempos distintos, en países diferentes, reclamando su inclusión en el hilo narrativo que define lo que es China.

Para amarrarlo todo, la historia parte de un “punto cero”, que en el espacio está representado por la plaza de Tiananmén y en el tiempo por una fecha concreta: 3 de junio de 1989, el día que el gobierno chino ordenó a los militares avanzar contra los estudiantes.

De madre china y padre malayo, Thien creció con la idea de China hasta que las protestas del 89 la hicieron tangible. Cuando visitó el país no pudo comprender lo que se desenvolvía ante sus ojos. Sabía que la realidad estaba cifrada en códigos muy particulares. Tras la muerte de su madre se concretó la intención de averiguar cuáles eran.

“Fueron sus poetas e intelectuales quienes más quedaron al margen de la historia china. La revolución necesitaba purificar la sociedad y dejar por fuera toda referencia a un mundo privado”. Por eso la música clásica late detrás de la historia. Las Variaciones de Goldberg de Bach que, partiendo de un solo motivo, desarrollan distintas tramas musicales y sentimentales, le piden a los protagonistas que se mantengan abiertos ante la complejidad del mundo.

Para Thien la década de los 80 fue crucial no solo por la apertura económica, sino porque China comenzó a preguntarse qué había pasado. Esa actitud autocrítica es la que Thien recupera y representa. Por una razón fundamental que tiene mucho que ver con Colombia: “Es muy diferente el cambio social que se produce por la rabia al que nace del luto; es importante que una sociedad llore a sus muertos”.

Escucha a Madeleine Thien en conversación con Philippe Sands en el Hay Player