Rupturas que transforman a un Rinoceronte y a un poeta

Alberto Manguel se siente atraído por la narrativa de Miguel Barrero, lo hizo evidente en medio de la conversación que adelantaron en el marco de los encuentros bautizados como Cuadernos hispanoamericanos. Y es que el español Miguel Barrero construye mundo en cada libro que publica; Manguel se nota sorprendido cuando habla de lo disímiles que son cada una de las publicaciones de Barrero.

¿Cuándo empecé a intuir que podía escribir? No lo sé. Desde siempre. He tenido la fortuna de crecer una casa con dos padres y libros”. La consciencia de la escritura como oficio la tuvo con 22 años, en vísperas de su graduación. El Quijote se convirtió en su escuela: al leerlo sentía que tenía deuda con la literatura y el español. Desde entonces escribir se convirtió un proceso de abstracción, encontrar un estilo es buscar-se. Dos libros, principalmente, llaman la atención en la conversación de cuadernos hispanoamericanos.

La tinta del Calamar es la crónica de la vida de un homosexual asesinado, al parecer, por el eco y rastro de los valores de la dictadura franquista. La historia de un hombre y sus decisiones en la esfera privada transformaron el pensamiento de una ciudad, y lo convirtieron en símbolo de su época, marcando también la historia reciente de la humanidad.

El rinoceronte y el poeta tiene como trama la llegada de la especie del rinoceronte a tierras europeas y el fenómeno tras la poética de Fernando Pessoa. Estos eventos, en apariencia sin relación, toman significado para el autor en la medida en que ambos personajes, rinoceronte y poeta, transforman la sociedad: el imponente animal que, a su llegada al continente europeo, amedranta a un elefante y se impone, y el poeta que revoluciona la poesía con sus heteronomios, con una obra -en gran parte- sin publicar y una muerte sin tumba cierta. Esta es la prueba fehaciente de que las transformaciones en la cultura y en la historia del Arte vienen dadas por lo atópico, lo genuino que sobresale a lo acostumbrado.