El defensor de la tierra de los Jaguares

Grandes salientes de roca y tierra, horizontes de otro mundo, picos elevados, exuberantes llanuras verdes que parecen continuar para siempre: Chiribiquete es impresionante incluso a través de la imagen que se proyecta en una pantalla situada a 700 kilómetros de distancia, específicamente en el Museo de Arte Moderno de Medellín.

La cita es para escuchar al antropólogo y explorador Carlos Castaño-Uribe hablar del parque nacional más grande de Colombia, que a su vez es el tema de su nuevo libro, Chiribiquete: el hogar cósmico de los hombres jaguar. Castaño-Uribe, que fue director del Servicio de Parques Nacionales de Colombia, ha estado investigando Chiribiquete durante más de tres décadas y es uno de los promotores más comprometidos con su protección, particularmente en la lucha contra la deforestación.

“Tenemos que protegerlo: es parte de nuestra identidad como colombianos, y como seres humanos. Pero siempre he creído que sin la intervención humana, el parque se cuidaría solo: la mejor manera de proteger Chiribiquete es no ir allí”, dice.

El parque se extiende sobre más de 40 mil kilómetros cuadrados del Amazonas. Entre más de dos mil sitios reconocidos como patrimonio de la UNESCO, este es uno de los 23 sitios reconocidos como patrimonio cultural y natural.

Aunque ha sido una figura clave en la historia reciente del parque, Carlos Castaño-Uribe llegó allí accidentalmente. La historia de un pequeño avión, una gran tormenta, y un desvío inesperado suena como a una secuela de Indiana Jones. Al igual que la historia de cómo se encontró por primera vez con los enormes murales de jaguares después de ver una mancha roja en la cara de la roca desde la distancia.

“Colgando a 300 metros de la roca, llego a la cornisa de una vasta piedra y me encuentro cara a cara con un par de jaguares, pintados mirándose el uno al otro, aunque en ese momento sentí que me miraban directamente a mí. Casi me caigo.”, se rió.

Hasta ahora se han encontrado más de setenta mil pinturas murales en el parque, muchas de las cuales datan de hace 20 mil años, y muchas de las cuales se centran en los jaguares. La importancia del animal en la simbología chamánica de las comunidades indígenas y ancestrales del parque es sorprendente; también se ha registrado un número inusualmente grande de jaguares reales en la zona.

Chiribiquete no sólo es importante por su historia y ecología -enfatiza el autor- es clave en la formación continua de la propia Colombia, “una nación aún joven”.

“Debemos basar nuestra propia identidad nacional en lo ancestral - las culturas indígenas que son la base de nuestra cultura e identidad. Necesitamos una narrativa consistente que nos una; necesitamos internalizar el mensaje de Chiribiquete".