Después de la lluvia, en Jericó bailan las palabras

Cada domingo en la plaza principal de Jericó se instala el mercado campesino. A la venta hay mango, aguacate, piña, tomate, cebolla larga, lechuga fresca. Mochilas wayuu –llegadas desde tierras déserticas del norte del país hasta estas montañas pintadas de verde de la cordillera central colombiana– reposan al lado de bolsos de cuero de confección local, así como ruanas, sombreros y chales. Y las Luisas jericoanas, un postre típico del municipio. Niños y niñas se divierten con pelotas y juegos instalados debajo de los árboles, pero este domingo se añade un elemento adicional: jóvenes y adultos leen bajo las carpas que se han armado al lado del Museo de Arte Religioso. Adentro los invitados hablan de sus libros y comparten sus impresiones sobre el mundo en que vivimos.

La tarde del sábado 25 de enero había concluido con Piedad Bonnett y Yuri Buenaventura. La poetisa bogotana llenó el auditorio del Museo MAJA de antropología y arte con risas y versos, al mismo tiempo que dejó al público con el corazón en la mano con la historia detrás de su libro: Lo que no tiene nombre. Yuri Buenaventura fue ovacionado por el público. “Salí enamorada de Yuri. Es un contador de historias increíble”, dice Irene, pedagoga infantil de Manizales, recordando los relatos de Yuri sobre la marimba y el tambor; sobre lo que significa la cultura negra.

Esta mañana de domingo el movimiento fluye alrededor de la explanada donde horas antes, el pueblo se regocijó con la potente voz de la cantante cubana Haydée Milanés, junto con la participación especial de la Orquesta La Pascasia. La noche había llegado acompañada por la lluvia. La gente se resguardó en los cafés y restaurantes que rodean la plaza, expectantes del gran concierto final. Haydée se tomó el escenario con canciones como De la callada manera, Habáname o Mi unicornio azul, que cantó frente un público en el que se mezclaban los locales con visitantes llegados de otras partes. La velada continuó con la Orquesta la Pascasia, una inesperada pero feliz intervención de Yuri Buenaventura, y mucho baile.

A la entrada del del Museo de Arte Religioso, el señor Héctor Iván Jaramillo le da la bienvenida a los espectadores frente a su puesto de venta del café. Proviene de la finca familiar en la vereda Los aguacates, advierte. Y es que él también tiene algo que contar. Reconstruye historias sobre el cultivo del café, actividad que tradicionalmente es parte del alma de la región. Se siente orgulloso -dice-, de que el Hay Festival esté en su municipio.

Dentro del museo, un público rodeado de arte sacro escucha sobre la pérdida de conexión entre los humanos y la naturaleza. Rosie Boycott conversa con Wade Davis sobre el reto de alimentar ciudades en el siglo XXI.  Hablan de la revolución agrícola, la coyuntura histórica que permitió el surgimiento de las ciudades, el pensamiento filosófico, la industria, pero también el concepto de propiedad privada, de proveedor y consumidor, y eventualmente, la crisis medioambiental que enfrentamos  en la actualidad. Mientras tanto, en el Teatro Santamaría, Ángela Posada Swafford, periodista científica y exploradora bogotana, comparte su fascinante testimonio sobre sus expediciones a la Antártida, ha sido la primera mujer colombiana en pisar el polo austral. “La Antártida es la abuela del fenómeno del niño”, advierte Posada Swafford. Tierra, mar y hielo, todo está conectado.

la señora Flor Ángela Ramírez, una profesora jericoana radicada en Medellín, lleva los libros de William Ospina en su bolso. Flor Ángela espera que Hay Jericó siga trayendo a Ospina, uno de sus escritores favoritos. Amante de la poesía y la historia colombiana, Flor Ángela anhela que más estudiantes vayan a los eventos del festival: “tenemos que luchar por que la juventud sepa lo que pasó en este país”. Recalca el valor de la historia, así como lo hicieron Daniel Samper Pizano, Wade Davis y Vanessa de la Torre en sus charlas del día anterior. “Y tenemos que volver a la poesía, volver al romance”, exclama al mencionar su gusto por los escritores colombianos Jorge Isaacs y Jorge Robledo Ortiz. Flor Ángela continúa su camino hacia la charla con Haydée Milanés, el último evento del día.

Jericó se despide de la fiesta de las ideas. Ya van dos ediciones.